CAPÍTULO III
CERCA DE LA
MUERTE
LA
REVOLUCIÓN EN TACUBA
Con
Miguel Fuentes, Miguel Flores, Silverio Díaz, tomamos el tren para Ahuachapán
en la estación de Santa Ana para llevar a cabo una gira por las iglesias de
Tacuba y El Imposible por ocho días. Al llegar a la estación de Ahuachapán,
caminamos a pié a Tacuba donde comenzábamos una gira a los primeros grupos
pentecostales: A las montañas, a la orilla del rio Paz – rio que divide a El
Salvador de Guatemala-. Aquí todavía se
podía encontrar a gente nativa que hablaba náhuatl. Solo eran 18 kilómetros la
primera etapa para llegar a Tacuba. Rogelio y Elvira y sus dos hijas habían
sido instalados como pastor en la iglesia de Tacuba. Llegamos a Tacuba
miércoles. Estaríamos en San Benito – Parque Reserva Forestal, EL IMPOSIBLE,
cantón San Benito de San Isidro Menéndez, Ahuachapán, sábado y domingo. – Esto
a orillas del parque reserva forestal El Imposible, a 50 kilómetros de Tacuba-.
Allí les predicaríamos a unos 80 hermanos. Esto en semana santa de 1932.
Solo hacía dos años se habían fundado LAS ASAMBLEAS DE DIOS en la ciudad
de Ahuachapán- 1930.
Había
rumores de una revolución en el pueblo. Los disturbios políticos eran común en
estos días, así no tomamos cuidados de los rumores. Solo tuvimos culto
miércoles y jueves en la noche en Tacuba. El siguiente día seguiríamos la gira
al Imposible que estaba a 50 kilómetros a pie más adelante. Había fuertes
rumores de que los revolucionarios estaban llegando a Tacuba.
El
viernes – que era el día que partiríamos al Imposible, San Benito; Arbizú nos
envió un telegrama urgente desde Santa Ana que nos decía que regresáramos a
casa. Fuimos a la Guardia Nacional a preguntar qué pasaba. Había problemas
políticos pero todo estaba bajo control, nos dijeron.
Decidimos
continuar la gira al Imposible.( Su
rango altitudinal (de los 300 a 1,450 metros) y topografía accidentada han
dotado a El Imposible de una belleza singular. Al principio del siglo XX, los
caficultores transportaban su café a lomo de mula, desde las fincas del norte
hacia el Puerto de Acajutla. Pero existía una barranca entre dos montañas donde
se interrumpía el paso. Allí, los arrieros construían precarios puentes, que en
muchas ocasiones no soportaron la carga y se derrumbaron, arrastrando a bestias
y humanos hacia el precipicio. Flora y fauna
Con
más de 1,000 especies identificadas de flora, 500 de mariposas diurnas, 282 de
aves, 103 de mamíferos y 53 especies de anfibios y reptiles, El Imposible posee
la mayor diversidad biológica del país, aqui existen especies que solo se
encuentran en El Salvador, como el "guaquito de tierra". ) Pedimos un
salvoconducto a los militares del pueblo para ir al Imposible, cantón San
Benito, por si una patrulla nos encontraba, no nos fueran a confundir como
rebeldes.
El
culto en el Imposible se iba a llevar a cabo en casa de hermana Isabel, en la
calle principal del cantón. Así los que pasaran podrían escuchar palabra de
Dios.
Terminamos
el último culto en Tacuba y nos preparamos para dormir – en las hamacas- pues
necesitamos descansar pues madrugaríamos para viajar al Imposible por las
montañas.
Algo
nos despertó una hora después de habernos quedado dormidos. ¿Oyeron esos
balazos? ¿Es fuego de rifle disparando?. Alguien grito´. Rogelio fue el que
gritó. No se preocupen va a haber elección de alcalde mañana en la mañana. Es
probable que uno de los partidos en contienda política esté intimidando al otro
bando. ¡Duérmanse ya¡. Tratamos de dormir pero los disparos continuaban.
Rogelio volvió a gritar a estar en silencio y no encender luz.
Los
disparos fueron cada vez más fuertes y sospechábamos que no era una cosa poca.
La puerta se abrió y entro hermano Perla, uno de los hermanos de Tacuba que nos
dijo que no era asunto de elección sino que se trataba de una REVOLUCIÓN.
Una
gran banda de hombres vino y a punta de machete nos dijeron que les
acompañáramos en la toma del pueblo. Yo
iba llegando del culto pero ellos me sacaron a la calle y nos trajeron al
pueblo. Ahorita han comenzado a matar a los que se oponen. Primero atacaron los
puestos de la guardia Nacional y mataron 20 militares y a todo aquel que se
oponía ellos. Tan pronto me di cuenta de lo que estaba
sucediendo en el pueblo. Me hice a un lado de la multitud de gente armada y con
cuidado me vine donde ustedes para informarles lo sucedido. De aquí me voy para
mi casa por las colinas.
CAPÍTULO IV
PIONEROS PENTECOSTALES
SALVADOREÑOS
FERNÁNDO
MONROY: GANADOR DE ALMAS
La
iglesia Filadelfia, vino a ser una iglesia productora de obreros de Dios. De
esta iglesia han salido como 50 predicadores. Raúl Durón – Llegó a ser
Secretario de Sociedades Bíblicas-, Anacleto Castillo, Cristóbal Ramírez- Llegó
a ser pastor del Centro Evangelistico de San Salvador- son unos de ellos.
Fernando Monroy es uno de ellos.
Fernando
Monroy era administrador de la finca de café San Diego, cantón Potrero Grande a
12 kilómetros de la ciudad de Santa Ana, en las faldas del volcán de Santa Ana.
Fernando
era un miembro nominal de la iglesia católica. Su vida no era religiosa sino
que era mundano.
Durante
la cosecha anual de café en los meses de Noviembre, diciembre y enero, en las
faldas del Volcán de Santa Ana, Fernando atendía a los cortadores de café que
venían desde lejos dejando sus hogares para conseguir dinero para su
subsistencia.: les ubicaba en su dormitorio colectivo, en el suelo, les daba
los surcos de café, les pesaba y preparaba la planilla de pago. La gente dejaba
sus hogares para venir a cortar una vez al año. Fernando era fiel a su trabajo,
querido por sus patronos y trabajadores de la finca. Se preocupó cuando
comenzaron a llegar a la finca evangélicos a trabajar. Esta gente acostumbraba
ir a la iglesia después del trabajo por las noches a cantar y adorar a Dios. El creyó que muchos
evangélicos estaban trabajando en la finca y que los patrones podrían
molestarse por ello. A ellos no le agradaría y hasta podría perder su trabajo
por tolerarlos. El pensó limpiar la finca de estos creyentes y echarlos
fuera. 9 hombres con machete en mano
intentaron quitar la vida a los creyentes ordenados por Fernando. Para cometer
tal locura a estos tomaron unos pocos tragos para tomar valor. Los tragos
aumentaron convirtiéndose en una borrachera. Los borrachos se pelearon entre
ellos muriendo uno, otros heridos, y otros en la cárcel. No pudieron hacer nada
contra los creyentes.
Al
despertar en la mañana, Fernando creyó que había acabado con los creyentes. Yo
iba a limpiar la finca de los creyentes y miren los que pasó. Será que Dios
está con esta gente y yo me encuentro peleando contra Dios, pensó.
El
pensó asistir a un culto por curiosidad. Mientras estaba parado enfrente de la
iglesia de repente sintió un deseo de ser uno de ellos. El pasó al frente
del grupo y les dijo: “Yo quiero ser uno
de ustedes”. El testimonio de ellos le había impactado. Desde entonces Monroy
vino a ser uno de ellos. Luego se fue a adorar a Dios como lo hacían los
hermanos en la choza de paja donde se reunían los hermanos. El se sintió como en las nubes cuando comenzó
a orar de rodillas y sintió una gran felicidad. Sucedió algo extraño: Uno de
sus amigos que le había acompañado sintió que lo habían golpeado en la cabeza
fuertemente. El volteándose le gritó. ¿ Monroy porque me empujaste? Que estás
borracho. Yo no te he empujado ni tocado, replicó Monroy, aún de rodillas.
Entonces fue Dios quien me tocó. Desde entonces Monroy y su amigo vinieron a
ser creyentes. Monroy siguió orando con los hermanos y se sintió como en las
nubes en la santa presencia de Dios.
FERNANDO MONROY EN TEJUTLA, CHALATENANGO.
Chalatenango es un departamento de El
Salvador. Su cabecera departamental es Chalatenango, se encuentra ubicado al
norte de la capital, fronterizo con Honduras. Allí se ubica el cerro El Pital
con 2800 m de altitud sobre el nivel del mar, que es el punto más elevado del
país. El clima más frío durante el año ocurre en esas alturas. Tejutla pueblo
pertenece al departamento de Chalatengo
Encontramos oposición en el primer intento
de evangelizar Tejutla, Chalatenango.
Íbamos Fernando Monroy, Earl Wikie- misionero USA- y yo.
Traíamos vehículo, altoparlante y dos lámparas Coleman de gas. Un
hermano del lugar nos había dado donde predicar en su casa. Era un esfuerzo
evangelístico pionero. No había creyentes en el lugar. Predicamos en un portón
que daba a la calle. Comenzamos el culto. Las lámparas Coleman y el
altoparlante atrajeron a los curiosos que estaban en lo oscuro. La gente
comenzó a llegar a oír y era un buen signo. Parecían interesados en los
testimonios cortos de los hermanos.
No tardó mucho en llegar el sacerdote a
instigar a la gente. Con la instigación vino más gente a curiosear que pasaba.
Nosotros seguimos cantando y recitando versículos bíblicos. Esperábamos la
oportunidad para compartir el mensaje de Dios.
Por una hora nos estuvieron gritando desde la calle. Cuando la gente se fue y terminamos el culto,
tendimos las hamacas y dormimos.
El siguiente día para alcanzar a los
perdidos hicimos otro culto. Creímos que dentro de la casa no nos iban a
molestar; pero no. Comenzaron a gritarnos más fuerte. Nos gritaban. Vino gente
principal del pueblo a instigarnos.
Mientras hacíamos el culto, entraron 4 policías armados y se pararon en
las cuatro esquinas de la sala y no s dijeron debíamos cancelar el culto y
despedir a la gente nuestra. Cuando les
dijimos que teníamos derechos constitucionales de reunirnos pacíficamente para predicar el
evangelio; ellos dijeron que con nuestra llegada se había armando un escándalo
en el pueblo que ellos no podían controlar. Entonces debíamos para el culto y
dejar de predicar. Les dijimos que nosotros no habíamos hecho el escándalo.
Nosotros nos reunimos pacíficamente y la gente nos vino a estorbar
gritándonos. El comandante insistió que
debíamos cancelar el culto y despedir
los hermanos en la fe. Como extranjero inglés no podía decir nada pero
uno de los hermano se levantó y alzó la voz más que los policías y les dijo:
Nosotros estamos respaldados por la ley para reunirnos pacíficamente para
adorar a Dios y ustedes en vez de respaldarnos están apoyando a la gente que
quiere coartar nuestra libertad de tener culto y darle la razón a esta gente fanática malcriada. Si
usted, señor comandante, tuviera valor debiera protegernos a nosotros y llamar
al orden a esta gente escandalosa que nos vino a interrumpir nuestra reunión
pacífica. Fanáticos religiosos seguían gritando desde la calle. Estas palabras
enojaron al comandante y grito: ¿Quién no tiene autoridad ¿ Te lo voy a
demostrar. Ordenó a la multitud a hacerse atrás. La gente fue forzada a hacerse
atrás incluso el sacerdote. Los echó a
la calle y a los matorrales de la calle. Nos sentimos victoriosos al terminar
el culto pero angustiados y nerviosos por el susto. Reportamos el desorden al
gobierno en la capital y nos dijeron que en el futuro nuestros derechos
ciudadanos serían respetados. Regresamos a hacer otro culto al lugar y animamos
a los creyentes a seguir adelante. Llevó mucho
tiempo para que una iglesia con templo y bien organizara se plantara en
el pueblo; pero la semilla se había sembrado.
CIRILO ORTÍS, TEXISTEPEQUE
Texistepeque esta ubicado en el Distrito de
Santa Ana del Departamento de Santa Ana en la zona occidental de El Salvador.
Cirilo Ortiz era propietario de una
finquita en las faldas del volcán de Santa Ana. Asitía a la iglesia Filadelfia
donde era pastor Fernando Monroy. Cirilo había llegado al instituto porque
Monroy le había enviado para prepararse para servir a Dios. Monroy creía en la
dedicación del creyente a Dios en forma plena.
Cirilo fue electo pastor en Cutumay, Camones, Texistepeque a 12
kilómetros de Santa Ana. Yo creía que la
iglesia de Camones iba a prosperar bajo la dirección de Cirilo. Cirilo hizo esfuerzos pioneros de
evangelización en Texistepeque, pero el sacerdote instigó a la gente del pueblo
contra los “luteranos “. Se hicieron varios cultos en el lugar pero el
fanatismo religioso alejó a los creyentes por un tiempo.
Cirilo vino a verme a Santa Ana para proponerme
comprar un terreno en el lugar para la construcción de un templo. ¿Pero con que
dinero?. Cirilo proponía vender un pedazo de su terrenito en las faldas del
volcán de Santa Ana y dedicarlo para la compra de la propiedad. El cultivaba
maíz, frijol, frutas. Yo le aconsejé no venderlo pues era parte de su modus
vivendi y podría dejarles a sus hijos una herencia allí. Dios proveerá otra
manera de adquirir propiedad en Téxis, le dije. Cirilo no hizo caso al consejo
y vendió parte de su propiedad para comprar terreno para Dios. Se compro y se hizo la dedicación y estuvo
muy bendecido. El sacerdote envió gente a estorbar la reunión. A pesar de la insistencia de la oposición del
sacerdote la obra se completó.
Fue un difícil comienzo. Con el tiempo se
fundaron varias iglesias en cantones alrededor y en los pueblos cercanos a
Texistepeque. El esfuerzo de estos
fundadores tiene su premio en el reino de los cielos.
MIGUEL SANTOS, JICALAPA.
Jicalapa es un municipio del
departamento de La Libertad, El Salvador. Tiene una población
estimada de 5671 habitantes para el año 2013
Sus orígenes se remontan a la
época precolombina, y se estima que en el año 1550 era habitado por unos 100
moradores. El año 1744 el reyFelipe V de España obsequió al pueblo la imagen
de Santa Úrsula.
Las
mujeres del Concilio Misionero Feminil son las responsables de la llegada del
evangelio a Jicalapa. Yo les visité
después que se había comenzado la obra de Dios allí. Yo había oído de cosas
maravillosas que Dios estaba haciendo allí. La primera vez que oí de unas
mujeres que estaban interesadas en llevar el evangelio a este pueblo fanático.
Llegar allí era dificultoso. Sobre una
cierra costera y un terreno accidentado, entre laderas allí estaba escondido el
pueblito.
Antonia
Cuellar era una mujer fogosa y pionera. Yo le conocía desde yo recién llegado a
el Salvador. A ella no le detenía ni el polvo ni el lodo en el camino para llevar
el evangelio de amor. Entre espinas y matorrales, ella caminaba donde Dios le
dirigía
Miguel era el primer pastor del grupo allí.
Una cruel persecución religiosa fue sobre Miguel y los creyente que vivían
allí. Después que Miguel salió de la cárcel por predicar el evangelio me contó
la historia:
Los
creyentes se habían reunido para celebrar la navidad en un local rentado para
la predicación. Los creyentes estaban adornado y orando a Dios cuando un grupo
de gente armada les atacó en el culto. A hombres y mujeres encarcelándolos. Les
acusaban de incitar a la rebelión contra el gobierno. Lo más común era
acusarlos de no tener permiso par predicar pero esto era mas serio. Por varios
días los encarcelaron. Luego liberaron a las mujeres. Alguien envió un telegrama
al superintendente de la misión, hermano Arbizú. El me avisó a mi e
inmediatamente nos dirigimos a Santa Tecla para pedir su libertad. Y preguntar
porque de este abuso.
Mientras
estábamos en la gobernación, Miguel y evangélicos fueron traídos caminando por
las calles con seguridad policial. Miguel venía esposado – amarrado por detrás
los brazos-. Nos sentimos muy mal de verlos en esta situación. Nos dieron una audiencia con el gobernador
para probar la inocencia de Miguel. Miguel tenía una licencia para predicar y
nuestra organización evangélica era reconocida nacional e internacionalmente y
esperábamos Miguel fuera liberado. Esperábamos que nos hicieran caso después de
nuestra intercesión, pero no. No pudimos
convencer al gobernador pues parecía que había acusado falsamente a los
hermanos otros oficiales. Los comenzaron a liberar a los hermanos menos
Miguel. Miguel sufría el acoso y odio
religioso inocentemente. Pedimos
justicia pero no llegó. Meses más tarde Miguel fue liberado pero no se supo la
causa de su acusación.
Los hombres que le habían acusado
falsamente oían las palabras de Miguel. No hubo justicia para Miguel aquí en la
Tierra. La satisfacción fue que Evangelio se había predicado. Los oficiales habían escuchado el mensaje.
Meses más tarde tuvimos una semana de conferencias en el pueblo. Dormimos en el pueblo para salir a Santa Ana
en la mañana. Nuestro sueño fue
interrumpido por los toques en la puerta
de la choza donde reposábamos. Parecía
ser al autoridad y nos miramos unos a otros admirados. Al abrir la puerta dos policías nos pidieron
los papeles de identidad. ¿Qué pasa?, me pregunté a mi mismo. Revisaron los
documento pero parecía no estaban satisfechos.
Les mostré mi pasaporte americano, pero no le hicieron caso. Entonces les
mostré mi carnet de identificación como predicador, con el sello y firmas
respectivas de The Assemblies of God, Sprinfield. Parecía no interesarles.
Estos son todos los documentos que tengo, les dije. ¿No son suficientes?. “No
los oficiales piden otros documento de garantía” “Tienen otros?, preguntaron.
Si todavía tengo un carnet de las autoridades eclesiásticas salvadoreñas
firmada por Francisco Arbizú y José. I. Granados. No creía que le pusieran
atención a un certificado nacional.
“Déjeme ver este pequeño documento verde?, dijeron. “Este documento es el que estábamos buscando
de ustedes.”, dijeron. “Este documento es el que le identifica a usted de quien
es “, continuaron diciendo. Se despidieron con un Buenas Noches. Después de
cerrar la puerta de la choza, le dimos gracias a Dios por librarnos de la
sospecha maliciosa. Me sentí contento que portaba mis documentos en regla.
Explique a la iglesia nacional la importancia que los creyentes debieran
identificarse con un carnet de su iglesia. Los predicadores con su escalafón
ministerial con sus respectivas firmas y sellos. Muchos creyentes fueron ayudados al mostrar
este pequeño documento verde. Esta experiencia de Miguel sirvió para ver la importancia de están bien
identificado en cualquier lugar.
ANGELA
MANCÍAS
RIO QUE FLUYE
Y FLUYE
Ángela
Mancías era miembro de la iglesia católica igual que Monroy, lo único que ella
practicaba su religión. Ella era la cocinera de la finca donde era
administrador Fernando. Ella estaba también indispuesta por la presencia de los
creyentes en la finca que cantaban y adoraban a Dios. Ella creía que estaban
errados y eran herejes.
Ella
asistía los domingos a misa de catedral en Santa Ana. En su sinceridad a Dios, Ángela, decidió
hablar con el obispo al respecto. Padre, le dijo, Yo creo que los protestantes
están errados en sus creencias; Yo creo que hay que hacer algo para pararlos y
que no sigan engañando a otros. Si hay algo que hacer, padre, yo lo hago. El
padre oyó a Ángela y le dio su bendición. Al salir de la iglesia, Ángela pensó:
De seguro él sabe cómo deshacerse de estos locos, ¿por qué no me lo dijo para
ayudarle?
Ella
se enojaba más cuando venía a los creyentes progresar en la finca cafetalera.
¿Cómo es que siguen confundiendo a esta gente. Hay que parar a estos locos
antes que sigan engañando a más gente,
Pensó. Como era la cocinera pensó en ponerles veneno a los creyentes para
barrer esta plaga de herejes engañadores.
Otra
vez fue a la Catedral de Santa Ana a consultar con el obispo su plan.
PIOQUINTO FLORES
TEPECOYO
El
poblado de Tepecoyo es de origen precolombino. Pipil. 780 msnm.14 322 .habitantes
.Pipil. Título de villa: 10 de marzo de 1874. A 50 km de Santa Tecla. A 10
kilómetros del océano Pacífico. Departamento de La Libertad
Pioquinto
Flores era el pastor de El Guayabo -
Armenia, a orillas de Cooperativa agraria que fue de la familia dueñas-.
Cuando le visité hablamos de la necesidad de evangelizar Tepecoyo. Decidimos ir
cruzando y subiendo la montaña. Iríamos
a Armenia y luego a Ateos en Tren. De
ahí a pie. 6 hermanos nos acompañaron en
la gira.
En
el viaje repartíamos tratados evangelisticos a la gente y les hablamos del
evangelio. No fuimos bienvenidos. Llegaron los herejes, dijeron, y recogieron
los tratados que les habíamos dado y los quemaron. Íbamos a estar en allí una
semana: Por las noches predicando y en el día evangelizando. La gente estaba
incómoda por nuestra estadía en el pueblo.
Después de buscar predio para predicar una persona dijo que podía
prestar uno. Gratis nos dieron una casa para predicar por una persona que tenía
una biblia y estaba enfermo.
Nuestro
huésped, nos sugirió usar adobes, ladrillos e improvisamos las bancas y lugar
para el servicio de la noche. El pueblo pequeños de dos o tres calles y en
medio nosotros. La gente supo luego de que se trataba el evento. Los hermanos
fueron a invitar para el culto y llegaron unos pocos hombres y muchachos al
lugar. Comenzamos el culto pero no por mucho tiempo pues por la ventana y
puertas la gente del lugar nos comenzó a tirar basura y cosas. Seguimos
cantando creyendo que se calmarían y escucharían el mensaje. Un hermano fue a
dar la queja al alcalde del pueblo pero nos dimos cuenta que uno de los
muchachos que nos había apedreado era hijo del alcalde.
Cerramos
la puerta y ventana con llave. Pensamos
que los atacantes habían desaparecido. Nos encomendamos a Dios y pensamos
seguir los cultos el día siguiente. Dormimos en el suelo con una sábana
delgada. Solo pude dormir dos horas. No estaba acostumbrado a dormir en esta
incomodidad. En la mañana amanecía adolorido todo el cuerpo por el mal dormir.
Desayunamos
con tortillas, frijoles, café, que los hermanos habían comprado en el mercado.
Arreglamos el lugar donde íbamos a predicar y pedimos a Dios no tener problemas
con la comunidad. Comenzamos el culto temprano y las bancas estaban llenas con
los hermanos y algunos asistentes. Pio estaba hablando enfrente de los hermanos
cuando comenzaron a tirarnos piedras, basura por la ventana y puerta. Entraron
y le dieron vuelta a las bancas y golpearon a los hermanos. Llevábamos tres
días de soportar esta situación. Los gritos por la ventana y desde la calle
continuaron. El único resultado positivo fue que uno de los que nos había
ayudado a arreglar el lugar dijo que estaba de nuestro lado. Con los días él
llegó a los pies de Dios.
Ya
habíamos predicado la Palabra por dos noches. Había rumores de que la gente
tenía malas intenciones contra nosotros. Después de descansar un hombre alto
tocó la puerta y entró para decirnos que había un grupo de gente que pensaba
venir para hacernos mal. El quería acompañarnos para defendernos. Toda la noche
estuvo con nosotros con un gran machete. Se fue en la madrugada. Creímos que
Dios nos había mandado un ángel para guardarnos.
Madrugamos
para salir del pueblo ileso. Pio y su esposa nos acompañaban. Teníamos la
esperanza de volver para evangelizar el pueblo rebelde a la voz de Dios. Pio
estuvo allí por tres meses predicando con la misma resistencia. Tuvo que salir
huyendo pues los ladrones le robaron todo. Milagrosamente pudo salir con vida.
Esta
resistencia fue en los primeros días de predicación. Poca a poco la resistencia
fue sediento y el fanatismo religioso fue desapareciendo. Ahora hay una iglesia con templo y una linda
congregación en Tepecoyo. La última vez que estuve aquí con unos misioneros
extranjeros y después de estar varios años fuera de El salvador, compartimos
con unos amigos católicos. Ellos cantaron con nosotros unos cantos evangélicos,
dijo habían cambiado algunas imágenes que no necesitaban. Ella nos acompañó en
el culto y cantó un cato evangélico. Nos maravillamos de las cosas que Dios
hace en la vida de los humanos
BOJÓRQUEZ
PODEROSAMENTE USADO POR DIOS
La
revolución había pasado y el país estaba en una relativa calma. Necesitábamos
un permiso para seguir predicando sin problemas en las 20 iglesias y campos de
predicación que había entonces. No se podía transitar de un departamento a
otros. No había permiso para reuniones religiosas ni política en el país.
Estado de sitio.
Recibimos
un telegrama de Bojórquez que decía”
Anacleto Torres y otros hermanos de San Francisco Menéndez fueron
capturados y están en la cárcel de Ahuachapán”. Anacleto Torres era pastor en
la costa de Ahuachapán: Cara Sucia. Hermano Arbizú y yo nos cruzamos el parque
forestal EL IMPOSIBLE caminando desde Tacuba,
para llegar a Ahuachapán y pedir una audiencia con el Alcalde.
Le
dijimos al Alcalde quiénes éramos y nuestra sorpresa que Anacleto Torres y
otros hermanos estuvieran encarcelado. Le preguntamos cuando Anacleto estaría
en libertad porque estábamos seguros que había habido alguna confusión en su
arresto. El coronel en tono respetuoso y sorprendido dijo que el gobernador le
había dicho la acusación que había hecho el teniente que los había capturado.
El gobernador había dado la orden la ejecución. La orden había sido revertida
por el Presidente de la República, entonces los hermanos debían liberarse. Esto
era algo tremendo: mucha gente había desaparecido enterrada, en menos claridad
que la de los hermanos encarcelados.
Cuando
conversaba con el coronel, Laureano Bojórque ya sabía de su liberación.
Laureano había impresionado al coronel y éste se lo había hecho saber al
presidente.
Como
hermano Arbizú había estado de alta en el ejército había convencido al coronel
más que Laureano. Laureano era un campesino sin apariencia, pero muy
inteligente. El tenía abundante pelo y mostacho
con sombrero. No tenía botones en su camisa. Eran sus palabras y no su
apariencia que habían convencido al coronel. Hice una excusa al coronel por la
apariencia del Laureano.
Estábamos
alegres al tener éxito al lograr la liberación de Laureano y los hermanos. Le
dimos gracias al coronel y dejamos el presidio.
Francisco
sugirió visitar la iglesia del lugar y luego volver a ver a La Laureano. Mientras nos alejábamos del presidio, vi
cruzarse a un hombre bien vestido e inteligente. Francisco dijo: ¡ES LAUREANO¡
Yo no le reconocí. Me sentía mal al no reconocer a Laureano, pero él iba bien
vestido, sin mostacho y si había quitado el pelo, usaba lentes oscuros y usaba
una camisa que yo le había regalado unos meses antes. Le había preguntado
porque no se había puesto la camisa que le regalé. El dijo la estaba guardando
para una ocasión especial. Esta era la ocasión. Este es el hombre que había
impresionado al coronel por su vestimenta. Arbizú está contento de haber
liberado a los hermanos. Yo estaba estupefacto.
Continuamos
caminando mientras Bojórquez nos contaba de cómo había hablado con el coronel y
el gobernador intercediendo por torres y
los hermanos que estaban en prisión. Ya antes él había solicitado papeles que
le respaldaran para no ser prisionero cuando hacía labor evangelistica. El
teniente había sobrepasado su autoridad cuando los había hecho prisioneros. El
teniente no podría ser cuestionado al respecto.
Bojorquez
solicitó una audiencia al gobernador. En vez de solicitar clemencia por haber
sido encarcelados injustamente por comunistas. Él le enseño el salvoconducto
que el gobernador les había dado dando
fe que eran personas honradas. Su firma no ha sido respetada por los sub
alternos, dijo.
El
gobernador contesto explosivamente: “Por supuesto que mi firma es respetada”¿
Quien dice que no? Bien, ¿cómo este teniente de San Francisco Menéndez no le ha
respetado?
“No
el tiene que respetar mi autoridad”, el gobernador afirmó.
Bojórquez
le dijo: Como es que este comandante ha metido a la cárcel al pastor y a otros
hermanos injustamente, confundiéndoles como comunistas cuando ellos tienen su
salvoconducto.
El
gobernador se quedó quieto y pensativo y después de varias llamadas
telefónicas. A Bojórquez se le mandó a la prisión a reconocer a los reos
creyentes. Finalmente se le envió un telegrama al presidente explicándole la
situación y solicitándole dejar libre a Anacleto y a los demás pentecostales.
Era
la solución al problema. El teniente respetaría la firma del gobernador y
Anacleto y creyentes quedarían libres para retornar a sus casas y continuar la
labor evangelizadora en sus iglesias locales.
Nos
reunimos en la casa que hermano Segovia había donado para la iglesia en
Ahuachapán y le dimos gracias a Dios por el milagro.
Anacleto
insistía: “Hermano Rafael, cree que es justo que el Teniente siga de alta en
San Francisco Menéndez? Chico entendió el mensaje y aprendió. Consideramos la
situación y estuvimos de acuerdo de regresar a San Francisco Menéndez para ver
libre a el pastor en su casa y en la iglesia. Son 60 kilómetros de Ahuachapán a
San Francisco. Madrugamos para comenzar la camita a San Chico. Arribamos a San
Francisco, nos albergamos en la sala de predicación y nos preparamos para el
culto de la noche. Estábamos sofocados en el culto pues el lugar era pequeño.
Unos pedazos de adobes servían de bancas. La presencia de Dios era maravillosa.
El
culto era ferviente en el Espíritu cuando llegó un policía a decirnos que
paráramos la reunión. No nos maltrató
físicamente, pero nos dijo que si no hacíamos caso íbamos a tener
problemas con la autoridad. Dijimos este es trabajo del Teniente. Algunos
creyentes desaparecieron en el conflicto, nosotros esperábamos tener mejor
resultado. En la mañana nos reunimos unos pocos hermanos para el culto. Un
mensajero vino y le dijo a Arbizú que se
presentara a la Alcaldía. Estábamos caminando por la calle principal cuando Arbizús
me detuvo con sus manos. Yo no había visto al Teniente pero estaba con una mirada no amistosa, sentado en
su silla. Con su rifle al lado, un cuchillo en la cintura, dos pistolas y un
machete. Salimos rápidamente y nos dirigimos a la Alcaldía.
Cuando
vía al Alcalde le pregunté que para que nos había mandado a llamar, en eso
entro el Teniente con un talante airado.
El Teniente nos empujó contra la puerta
y nos apuntó con el revólver. Nos dio orden de tirarnos al suelo y nos apuntó
con el rifle. Tus seguidores piensan que el gobernador manda en Ahuachapán,
pero yo mando aquí, dijo el Teniente. Nos
continuó empujando. En eso entro
un mensajero con un telegrama.
El
Alcalde abrió el telegrama y lo leyó.
Haló al Teniente y le dijo: Ahora, gran tonto, mira lo que has hecho
para ti mismo”. Ya no tendrán escalafón. En el telegrama se le ordenaba al
Teniente regresar al cuartel. Enojado se tornó contra nosotros y dijo: Canten
unos coritos y caminó de regreso a la comandancia.
Yo
no había visto a Arbizú desde en la mañana, pero él había mandado un Telegrama
diciéndole al gobernador que su orden no había sido acatada. La respuesta llegó en el preciso momento
oportuno.
Esta
fue una gran victoria para los creyentes. Tendrían mejor libertad para
conducirse predicando el evangelio en el país
TELÉSFORO
SÁNCHEZ
LAS HIGUERAS, SONSONATE
Telésforo
Sánchez me contó esta historia de cómo Dios le había guardado en tiempos de
angustia. Fue bautizado en la iglesia de las Higueras, Sonsonate, que fue una
de las primeras iglesias que visité
en 1930. Era un viaje de rutina, dejé el
cantón Las Higueras en las laderas del volcán de Izalco, luego bajé a Caluco –
pequeño pueblo a 5 kilómetros de Izalco- a hacer unos mandados. Si yo hubiera
sabido lo que me iba a suceder, hubiera cambiado mis planes. Había rumores de
revolución en todo el país – 1932-. Si yo hago caso de los rumores, yo nunca
salgo de casa. Me puse mi alforja- alganilla, bolsa de henequén- sobre mí.
Contenía un suéter de algodón, una hamaca y las cosas que iba a vender. El
viaje era a pie y no a caballo. No había nada de especial en este viaje. Fue
cuando venía de regreso. Una compañía de soldados me asaltaron en el camino y
me tomaron prisionero. ¿Qué es esto?
¿Por qué me toman prisionero?, ¿Qué he hecho mal? Yo no sabía las
intenciones del teniente. Me interrogaron seriamente y pensé que algo malo me
iba a suceder.
Les
dije de donde venía, que andaba haciendo y cuál era mi negocio. Pude observar
que no me creían. Me acusaban de ser comunista rebelde y que había tomado parte
en la rebelión salvadoreña de abril de 1932. Dijeron que soldados y ciudadanos
habían sido ejecutados por los rebeldes
y que yo era uno de ellos y que me había escapado, escondido. Mis respuestas y
explicaciones fueron en vano. Ellos dijeron que ellos sabían que yo era
comunista. Yo sabía que la rebelión había comenzado en otra parte – Juayúa- y
no en mi recóndito lugar donde yo vivía. Ni sabían que era comunismo. Yo había
caído en manos de esta patrulla que buscaba revolucionarios dispersos después
de lo acaecido. No iba a haber justicia para mí, y sin demora me iban a
ejecutar. Sin entierro para mí, como habían caído otros en medio de la
revolución comunista de 1932 en el occidente de El Salvador. Yo lloré y creía
tenía derecho a mis últimas palabras. Ustedes oficiales me van a fusilar.
Ustedes tienen autoridad porque son militares.
Estas son mis últimas palabras antes que me maten.
Están
cometiendo un grave error, pero no tengo miedo a la muerte. Soy un creyente en
Cristo Jesús y después de la muerte voy al cielo. Pero ustedes Teniente y
soldados, morirán en sus pecados, sino aceptan a Jesucristo como el salvador de
sus almas. Cristo murió para salvarlos. No creen que sea inocente y me van a disparar. Entonces Telésforo se
puso al pie de árbol de ceiba esperando los disparos de su ejecución. ¡No
sucedió¡. El Teniente preguntó: ¿Quién sos vos? ¿Que clase de creyente
sos?¿Como es que no tenés miedo a morir? ¿Cómo puedo estar seguro que decís la
verdad? Entonces en vez de oír los disparos de muerte, el Teniente ordenó a los
soldados castigar a Telésforo y golpearlo con los corvos envainados – vaina,
estuche de cuero del corvo-. Esta golpiza dejó adolorido varios días a
Telésforo. El Teniente tenía órdenes rígidas porque estaba decretada la Ley
Marcial. Sin embargo la sinceridad de Telésforo y la intervención divina lo
salvo de ser ejecutado bajo Ley Marcial como otros ciudadanos salvadoreños.
Trabajé
junto a Telésforo Sánchez en la predicación del evangelio en suelo salvadoreño.
Siempre tuvo una fe inquebrantable.
EN MISIÓN A GUATEMALA
APRENDIENDO
NUEVAS AVENTURAS EN MISIONES
Había llegado el tiempo de visitar Jutiapa,
Guatemala. Es el departamento con quien linda el Salvador y está a 50
kilómetros de la frontera. Ya había estado aquí cuando era supervisor del
campo. Hermano Félix Carías era el pastor local. La visita era de 8 días de
predicación en el lugar. Luego a otro lugar de Guatemala.
Dios había prosperado a Carías pues ya era
dueño de su casa. Había construido un salón donde cabían 50 gentes sentadas. Y
allí se predicaba. El culto se llenaba todas las noches y disfrutábamos del
convivio y de la presencia de Dios. Sentía libertad de espíritu pero no
aceptaban personas a Dios. El domingo era el último día y Carías había
alquilado un vehículo para que no llevara al otro lugar de predicación. Dijo
nos recogería el lunes a las 7 am. El vehículo esperado no llegó. Pudimos seguir hasta el martes. El camión
tenía que recoger una carga de arroz en el camino, asi, nuestro viaje se
retardó. Cargando con las maletas esperamos otra vez. Ahora el vehículo había
salido una hora antes que nosotros.
El pastor quería que hiciéramos otros
cultos en Jutiapa, pues no habíamos podido salir del lugar. Hermano Félix me
trataba de consolar con el versículo: “A los que aman a Dios, todas las cosas
obran para bien”. El versículo no me agradaba y yo estaba molesto por no haber
seguido lo planeado. El insistía que
teníamos que estar en el culto aunque yo no predicara. A la fuerza fui al culto
a hacer acto de presencia, pero molesto. Me sentía mal conmigo mismo por mi
actitud fea de no querer venir al culto.
CRUZ LÓPEZ
Los
Naranjos, el volcán
Los
Naranjos es un volcán del municipio de Juayua, localizado a 7 kms al NE de la
ciudad de Juayua y a 20 kms de la ciudad de Sonsonate, sobre la carretera CA
12. Este es conocido también como cerro El Pilón. Su altura es de 1961 m SNM.
Los Naranjos es conocido por su clima
templado, por las bajas temperaturas en los meses de diciembre y enero, y la
época de recolección del café. Su ubicación la hace uno de los lugares a
visitar durante esos meses calurosos. El lugar cuenta con restaurantes,
hostales y unas panorámicas increíbles.
Algunas de las opciones de entretenimiento
pueden ser caminatas hacia el volcán, observación de aves, orquídeas, etc.
Cualquiera de las rutas que se tome para
llegar a los Naranjos, desde San Salvador será un deleite a su vista; las rutas
pueden ser por la CA 1, hasta pasar por la orilla sur de la ciudad de Santa Ana
y de allí tomar el desvío hacia el sur sobre la calle de los Naranjos. La otra opción
es tomar la CA 1 hasta el desvío a Sonsonate (CA8) pasando por el costado sur
del complejo los volcanes (Izalco, Santa Ana, etc.), al llegar a Sonsonate
tomar la carretera de los Naranjos hacia el Norte, desde allí tendremos unas
diferentes panorámicas de los volcanes.
Durante la época de la recolección de café
(noviembre a febrero) podemos observar en el área, el proceso de recolección y
beneficiado del café.
Antes de mi llegada a El Salvador en
1928, ya se había iniciado este grupo
pentecostal en Los Naranjos. En el volcán de Santa Ana. Les había visitado
varias veces. Dionisia era una muchacha, hija de Agustín Aguirre, vino a
ayudarnos como doméstica en casa. Su pastor era Samuel Campos, cuñado del
hermano Aguirre. Su familia con los demás hermanos en la fe formaban una
congregación de 50 fieles. Llegué a la casa de Samuel que era de paja y adobe.
Las casas las construían así por lo alto del lugar: 2000msnm. Clima
helado. Más tarde yo viví en la casa de
Aguirre Había dos razones para vivir allí: Las finanzas y el clima. Dionisia a
quien le decían Nicha, era el principal motivo para vivir en el campo. Nicha se
sentía segura que Joya se sentiría mejor de salud viviendo en un clima
templado. El clima de Santa Ana no le venía bien a Joya. También viniendo a
vivir en el campo nos ahorraríamos el pago de la renta para invertirlo en otras
necesidades de la casa. Como teníamos pocos muebles usábamos las laderías, es
decir las paredes o improvisábamos. Hicimos nuestro hogar en un cuarto largo de
la casa de hermano Aguirre y Dionisia nos ayudaba en los oficios de la casa,
cocinando, lavando la ropa. Lo hacía con mucha eficiencia que hasta preparaba
la mula para los viajes. Joya estaba saludable y Owen, nuestro hijo, hizo
amistad con los muchachos de la vecida. Navas.
Como
yo me mantenía ocupado en el campo misionero, visitando los primeros grupos de
pentecostales en El Salvador y en el mundo, no tenía tiempo para planear
excepto en casa. Me familiaricé con los líderes de las iglesias y con la
familia de Samuel. Viajaba constantemente a Sonsonate, Sonsacate, Tres Rios,
Las Majadas. Yo no olvido estos lugares pues la arenilla negra volcánica,
entraba a mis zapatos y me hacían roncha
en los pies de tanto caminar en las
laderas. El cansancio era mucho y sentía pesado mi cuerpo sobre mis
pies.
El siguiente es uno de mis recuerdos de Los
Naranjos: Fui a predicar a Las Majadas, un miércoles por la noche. A una hora y
media de camino a pie. Samuel tenía un
amigo que le invitaba a predicar en su casa de nombre Cruz López. Asistían unas
15 personas incluyendo los niños. Los
cultos eran bendecidos pero no había personas aceptando a Dios. La gente era
amigable.
Oí que un vecino le comentaba a otro: “Hoy
no va a llover, porque siempre que vienen los creyentes a hacer culto no
llueve. Era invierno. Pené que Dios tiene diferentes maneras de comunicar el
evangelio. La sola presencia en el lugar era evangelismo: CARTAS LEIDAS. “Nunca
llueve cuando los creyentes vienen a predicar a nuestro lugar.
Oí un precioso testimonio en el lugar: Un
creyente testificaba de como se había salvado con su familia. De como se había
predicado en su casa, clase de niños. El
pastor vino el domingo a decirles que era el último culto en el que estaría con
ellos pues el se iba a predicar a otro
lugar. El les entregó las lecciones trimestrales de Escuela Dominical y
les dijo: De hoy en adelante ustedes van a predicar y enseñar en la iglesia.
Nosotros nunca hemos predicado, ni enseñado. ¿Cómo lo vamos a hacer? Comenzaron a aceptar a Dios más personas,
otro pidió oración por sanidad y fue sanada. La iglesia comenzó a crecer. Se
puso el techo de la iglesia en un año. Estamos reuniendo los diezmos y ofrendas
para terminar la construcción del templo.
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